El accidente cerebro vascular (ACV), infarto cerebral, embolia o ictus es la principal causa de daño cerebral adquirido.
Se denomina ictus al trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral, ya sea por rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo, lo que reduce el flujo de sangre que llega al cerebro y conlleva que se altere de forma transitoria o permanente la función de una determinada región del cerebro. El término ictus procede del latín y significa “golpe”. (1)
El ictus es la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacidad en Europa. (2)
Hay diferentes formas de clasificación. Existen 2 tipos principales de ictus según las características clínicas: (1)
- Isquémico o infarto cerebral: que ocurre cuando una arteria queda obstruida, normalmente por un coágulo de sangre o trombo. Esto limita de forma parcial o total el flujo de sangre disminuyendo la cantidad de oxígeno que llega al cerebro.
- Hemorrágico: es el menos frecuente, entre un 10-15% de los casos. Se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo (vena o arteria) derivando en una hemorragia dentro del cerebro. El oxígeno deja de llegar al cerebro.
¿Qué factores de riesgo existen para el ictus?
Existen una serie de factores de riesgo que predisponen a las personas a sufrir un ictus como pueden ser presentar una o varios de los siguientes factores: (3)
- Hipertensión arterial
- Tabaquismo o la exposición al humo del tabaco
- Consumo de drogas
- Colesterol alto
- Diabetes
- Apnea obstructiva del sueño
- Enfermedades cardiovasculares como: la insuficiencia cardíaca, defectos cardíacos, infecciones cardíacas o ritmo cardíaco irregular.
- Obesidad
- Sedentarismo
- Hábitos alimenticios nocivos, como es el exceso de sal, consumo excesivo de alimentos con grasas saturadas, el déficit de folato, vitamina B6 y vitamina B12.
- Antecedentes personales o familiares de accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos o accidentes isquémico transitorio.
Otros factores asociados con un riesgo más alto de sufrir un ictus son:
- Edad: personas de 55 años o mayores tienen mayor riesgo que las personas más jóvenes – aunque las personas jóvenes pueden sufrirlo y se asocia en la actualidad al consumo sobre todo de drogas.
- Raza o etnia: las personas afroamericanas e hispanas tienen más riesgo que las personas de otras razas o etnias.
- Sexo: los hombres presentan mayor riesgo que las mujeres.
- Hormonas: el uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que incluyen estrógeno aumenta el riesgo.
¿Cómo detectar que alguien está sufriendo un ictus?
Si tú o alguna persona de tu entorno puede estar sufriendo un ictus hay que prestar especial atención al momento en el que comenzaron los síntomas, ya que una detección precoz va favorecer un abordaje más rápido que favorezca reducir los posibles efectos y secuelas producidos por el daño cerebral que se produce. Siempre que se tenga cualquier tipo de sospecha es primordial acudir a urgencias para su pronta detección y tratamiento.
Para ello, los signos y síntomas a los que debemos estar atentos son:
- Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo. Ante esta situación de inicio se puede experimentar confusión, dificultad para la articulación de palabras o para comprender lo que se dice.
- Parálisis o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna. Puede producirse sensación de entumecimiento repentino, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna. Con frecuencia suele solo afectar a un lado del cuerpo. Al sonreír o tratar de gesticular con la cara un lado se mantiene caído. Si al elevar los brazos uno no se puede mover o cae puede ser un indicativo de ictus. En algunas ocasiones no se pueden mover las manos o se mueven con mucha dificultad.
- Problemas para ver en uno o ambos ojos. A veces puede afectar a la visión siendo ésta borrosa o ennegrecida en uno o ambos ojos, o puede ver doble.
- Dolor de cabeza. Suele ser repentino y grave. Puede o no acompañarse de vómitos, mareos o alteraciones del conocimiento.
- Problemas para caminar. Pérdida de equilibrio, tropiezo, mareos repentinos e incluso pérdida de la coordinación.
¿Qué secuelas puede provocar un ictus?
Las secuelas que puede provocar sufrir un ictus son:
- Pérdida de fuerza, falta de coordinación o pérdida del control motor, generalmente suele ser del hemicuerpo completo (siempre es el lado contrario al daño cerebral, es decir, si se sufre en el hemisferio cerebral derecho el daño afectará físicamente al lado izquierdo del cuerpo). Normalmente puede suceder que se produzca mayor afectación de brazo o mayor afectación de pierna. La cara también se puede ver afectada.
- Propensión a las caídas. Ya que se ven afectador equilibrio y coordinación. Además como un brazo puede quedar sin movilidad genera que ante caída no se pueda usar la mano como apoyo o agarre.
- Trastornos visuales.
- Trastorno en el lenguaje.
- Espasticidad. Se produce contracción permanente de ciertos músculos, ocasionando rigideces, dolor, contracturas y dificultad de movimiento.
- Trastorno de la sensibilidad. Hormigueo, falta sensación desagradable, falta de sensibilidad al tacto.
- Dolor superficial. Sensación de quemazón o pinchazo que empeora con el tacto, el agua o los movimientos.
- Disfagia o dificultad para tragar.
- Incontinencia urinaria.
- Alteraciones del estado de ánimo.
- Deterioro cognitivo.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia neurológica tras sufrir un ictus?
Lo primero que tendremos que tener en cuenta es realizar una valoración exhaustiva a la persona y poder saber:
1. ¿Cuánto tiempo hace que sufrió el ictus?
Importante ya que nuestro cerebro presenta plasticidad cerebral – que es la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse a la situación de cada momento y al entorno – y dependiendo del tiempo que ha pasado desde que sucede el ictus se obtendrán más o menos beneficios. Cuando una persona sufre un ictus es una “carrera de fondo” pero con un “tiempo límite de mejoría”. Durante el primer mes post-ictus nuestro cerebro tiene cierta capacidad de poder recuperar por si solo gran parte o casi toda secuela que haya producido. Después los tiempo a tener en cuenta para favorecer reducir todo lo que se pueda las secuelas que persisten serán:
- 6 meses desde el ictus podremos obtener grandes beneficios si se realiza una rehabilitación adecuada, personalizada e individualizada.
- Hasta el año completo desde sufrir el ictus podremos obtener beneficios, pero no serán tan grandes ni rápidos como en los 6 primeros meses.
- Por último, desde el año de sufrir el ictus en adelante, se podrán mejorar ciertas cosas, pero serán menos notorias y más lentas.
2. ¿Qué tipo de ictus sufrió?
El tipo de ictus nos va a determinar el tipo de daño y secuela que puede producir, el más común suele ser el ictus isquémico y el más peligroso es el hemorrágico, ya que es el más destructivo y el que presenta mayor tasa de mortalidad.
3. ¿Qué zona y el tamaño de la zona afectada?
La zona afectada nos va a mostrar que se puede ver afectado, que nuestro cerebro se divide en 2 hemisferios donde cada lado controla el lado opuesto del cuerpo. Cada área del cerebro influye sobre una propiedad o zona diferente de nuestras capacidades, aptitudes y cuerpo. Y el tamaño nos va a definir cuan grande y amplia es el área/as dañada/as.
4. ¿Edad a la que se ha sufrido el ictus?
Como bien sabemos la edad influye, ya que el cerebro no tiene la misma capacidad de recuperación y adaptación a la nueva situación en todas las edades. Las personas más jóvenes tiene mejor pronóstico que cuanto mayor es la persona, ya que las cuanto más joven se es mayor plasticidad cerebral se tendrá.
Pero esta situación no deberá hacernos perder las ganas de trabajar y esforzarnos en la recuperación, ya que la mejoría será mayor cuanto más motivación tenga la persona y mayor trabajo realice.
5. ¿Qué secuelas presenta actualmente?
Una vez tenemos toda la información anterior, se creará una programación de objetivos (corto, medio y largo plazo) individualizada y personalizada para cada persona según sus necesidades, que podrán ir variando a lo largo del tratamiento según vayan obteniendo objetivos o surgiendo nuevos objetivos.
La fisioterapia neurológica utiliza y trabaja para la rehabilitación y el tratamiento la plasticidad cerebral de la persona a tratar. Y para ello, lo hace programando unos objetivos concretos para ayudar, favorecer y tratar:
- La fuerza
- El equilibrio
- La coordinación
- La transferencia adecuada de peso y cargas
- La marcha
- La manipulación (sobre todo la gruesa)
- La espasticidad
- La hipotonía e hipertonía (dependiendo del caso)
- La seguridad y confianza
- La motivación
- Evitar y reducir el riesgo de caídas
- Otras
- Lacruz F, Herrera M, Bujanda M, … EE-A del S, 2000undefined. Clasificación del ictus. recyt.fecyt.es [Internet]. 2000 [cited 2023 Nov 2];23:59–65. Available from: https://recyt.fecyt.es/index.php/ASSN/article/download/6732/5341/0
- Acevedo M. Recuperación de la ambulación comunitaria en pacientes con accidente cerebrovascular en fisioterapia: capacidades funcionales pronósticas y su mínimo cambio. 2023 [cited 2023 Oct 26]; Available from: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=317130
- Martínez-Vila E, Navarra PI-A del sistema sanitario de, 2000undefined. Factores de riesgo del ictus. recyt.fecyt.es [Internet]. 2000 [cited 2023 Oct 26];23:25–31. Available from: https://recyt.fecyt.es/index.php/ASSN/article/download/6726/5335/0